“El Testamento de la Amorosa Muerte”
- Abigail Altamirano
- 21 feb 2018
- 3 Min. de lectura
A pocos días de San Valentín, la ciudad se torna caótica, con cajas de chocolates y peluches por doquier; flores que parecen haber crecido por combustión espontánea, afianzadas a los semáforos cuales uvas de enredadera; tarjetas con promesas inteligibles que se intercambian de mano en mano, todo aquello me lleva a pensar… ¿Y si los días festivos estuvieran de huelga? ¿Qué tal si a los ingleses posvictorianos no se les hubiera ocurrido inventar el amor como excusa de matrimonio? ¿Y si siquiera se hubieran negado a ser cómplices de las neurosis griegas? Son divagaciones que pululaban como cucarachas en mi cerebro; cuando presencié el pasado viernes veintiséis de enero de este año , en el Teatro Capitol “EL Testamento De Pantalone - Commedia Dell´Arte”
La comedia del arte, un género teatral italiano del siglo XVI, una comedia satirizada de lo que las elites consideraban gracioso, es decir, una parodia hiperbolada vista desde lo popular y que pese haber nacido de la improvisación su profesionalización sigue vigente.

Hoy, pasados ya cinco siglos de bufonadas y pantomimas, el maestro Antonio Fava dictó un taller para veintitrés actores desde el quince hasta el veintiséis del mes pasado y cuya culminación fue una presentación abierta al público.
Lo llamativo de las obras de Shakespeare es que todos los personajes desde los mayordomos hasta los cortesanos parecían estar de acuerdo con su papel y conspirar para que el amor venciera, aunque sus protagonistas debieran sacrificarse por ello. Moliere, no obstante, con su ingenio burlesco presentaba soluciones a estos mismos entredichos amorosos donde el antagonista hedónico terminaba cediendo porque el destino no le dejaba más opción. El avaro, por ejemplo, tiene como protagonista a Harpagón, quien con tal de aumentar su fortuna desea casar a su hija con un acaudalado pese a que ella ama a otro, y esta dispuesto a realizar más triquiñuelas con tal de salirse con la suya en fortuna y amor.
La propuesta de montaje que observé por parte del maestro Fava aquél día, fue una fusión de Shakespeare y Moliere, donde el amor es solo el spumato de la pintura puesto que lo que en realidad importa es quien se quedara con la cuantiosa fortuna de Pantalone, un avaro que es capaz de heredar las goteras del techo, y un pollo en pintura a una sirvienta obsesionada con la comida. Esta obra está dividida en tres actos y pese haber sido ensayada con antelación la maestría de Fava y profesionalismo de los actores, consiguió hacerla lucir como si hubiese sido sobremontada en ese momento.

El primer acto es la boda de la hija de Pantalone y toda la organización culinaria y alborotajes matrinales. En contraparte a aquello, la tacañería del padre parece ser el fin a tan feliz suceso, pero luego de que sus cortesanos conspiran, no por bondad sino interés, el matrimonio se llevaría a cabo, a no ser que… Pantalone cae enfermo y no abra boda hasta que el recupere su salud, el doctor con su embudo y nada apetecible menjurje quiere curarlo a capa y espada. Pantalone desafortunadamente muere, es lo que él quiere que crean. Una vez más la trágica muerte es la solución al problema, o al menos hacerse pasar por uno le resultaba más fácil a Pantalone que costear el matrimonio.
Los últimos dos actos no se diferencian de la muerte simulada salvo que los novios cambian su comportamiento de Romeo con Julieta, Don Quijote con Dulcinea y Elisa con Valerio y esta vez se aseguran de inventar un testamento desmesurado con algunos, mezquino con otros y todo por la invención del doctor quien es perseguido por toda la corte de actores cuando descubren el divertido engaño. Finalmente, Pantalone deja un testamento menos magnánimo que el del doctor; el mismo que es como cadáver exquisito dividido como los caramelos de la piñata, llevándose la mejor parte los felices recién casados.
En definitiva, los aplausos y carcajadas fueron el pago al esfuerzo de los actores convocados para este montaje por parte de Teatro de los Siflos, quien gestiono la llegada de Fava. Sin duda alguna la comedia del arte es el mejor modo de vislumbrar con humor un evento socializado de manera trágica, en la muerte y la lectura de un testamento con los intereses de familiares y amigos que son infaltables en bautizos, matrimonios y velorios.
Tomado de: http://www.quitocultura.info/event/pantalone/
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